Marifé nos invita a reflexionar sobre los recuerdos. Quiere provocar sensaciones y revivir antiguas experiencias, convirtiendo un momento íntimo y personal, en algo público y gigante. Se trata de mantener los recuerdos y alejarnos del olvido, abarcando la infancia y no dejar morir al niño que llevamos dentro. En la parte alta, haciendo alusión a esta infancia lejana, lucen unos versos del poeta Miguel Hernández, de Nanas de la cebolla: “Desperté de ser niño; nunca despiertes”