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Esta obra, resultado de la investigación del artista Álvaro Albaladejo sobre la geometría y la percepción, se presenta como una esfera negra, casi en suspensión, situada en un entorno natural donde no parece encajar.

Un ser inquietante, un punto vacío en el espacio del paisaje. Confunde al espectador a través de su acabado, que nos hace pensar en una bola maciza, cuando es hueca, realizada en chapa.

Forma parte de una serie de esculturas sobre la percepción, la ilusión y la óptica. Esta pieza se ha diseñado expresamente y realizado para y en la Huerta.