En esta ocasión, Remedios Becerra quiso hacer dos esculturas. Esta segunda, titulada Soplón, aprovecha la caída del agua de una de las terrazas para convertirlo en otro punto artístico, como ya hizo hace dos años con la escultura Parson.
Ha modelado un rostro en barro en actitud de soplar, al que posteriormente le hizo un molde de silicona, con el resultado en cemento blanco, y rodeado de una aureola de guijarros blancos y negros en el propio muro.